8.22.2006

 

EL OLOR DE LAS HIGUERAS

Es muy posible que este relato llegue a personas que se puedan sentir reconocidas, sin duda apreciaran que no es todo como se relata, para ellas decir, que solo trate de guardar lo que entendí como menos ofensivo, otras tal vez , por primera vez reconocerán hechos y datos que desconocieron en su momento, que ellas tampoco crean en que todo lo relatado sucedió con esa exactitud, si bien es cierto que para aquellos que se acerquen a estas líneas sin haber sido actores y tan solo algo tan importante como simples lectores, los personajes con sus nombres reales o ficticios son o han sido tan reales como ellos son lectores.








EL OLOR DE LAS HIGUERAS

Es muy posible que ya hallan pasado un par de horas, y todavía a este paso tardaremos otras cuatro o cinco mas, ya no se en que posición ponerme, trate de dar un par de vueltas, pero parece que no es posible salir del recinto, por cierto bastante pequeño para el numero de personas que allí nos hacinamos, al menos así me lo dijo el soldadito de la puerta con aire chulesco.

- Espera tu turno pelanas, ya te llegara el momento -.

El día de aquel Enero era helador, y en aquel pabellón, salvo el vapor humano que despedíamos lo allí reunidos apiñados sobre bancos corridos, no había otra fuente de calor , nadie se molestaba en moverse, pues la cercanía de unos y otros era la única manera de defenderse del frió que se introducía por los pies a través del suelo, por lo que una gran parte apoyara solo las puntas de los zapatos en aquel terrazo y los mas tuvieran un baile de sambito en todo el cuerpo, visiblemente perceptible en hombros temblorosos y en rodillas que se movían de arriba y abajo.

No era cosa de molestarse por tan poco, desde la temprana madrugada, que lejana se percibía ahora , llevaba oyendo epítetos parecidos y tampoco ahora me harían mella , de alguna manera ya lo esperaba , quizás no con tanta insistencia, o si acaso con tanta repetición.

Cuando me dirigí al destino que me indicaba la carta oficial, no llegue a pensar que era algo definitivo, solo algún trámite previo, a lo que ahora sabía que era real. Mucho tenia que ver, mi absoluta falta de cualquier conocimiento, para interpretar aquel lenguaje burocrático, pero en aquel momento desconocía mi cercano futuro, o no me había querido dar cuenta, pero se cernía sobre mí la ya empezada época militar, algo que si sabia que sucedería, pero que en aquel momento solo era algo con lo que me tenia que enfrentar, no algo que ya había empezado a suceder.

Ya en las cercanías de mis últimos pasos como hombre civil, oí las risas y los comentarios de los que me seguían, y el girar de cabezas de los que me precedían, nadie se acerco a hablar conmigo, ni yo lo esperaba, solo alguno se aproximo a prudente distancia para increparme y a darme consejos que llegaban hirientes a mis oídos, mas por el desagradable tono empleado que por el sentido de la frase empleada, a la que trataba que no me hicieran mella, debían de ser, por las risas que provocaban, graciosos para sus acompañantes, pero no lo eran, solo tal vez una manera para que ha ellos mismos les ayudara a ocultar y mitigar las tensiones que les acompañaban, es posible que el único tranquilo en aquella procesión de exultante jubilo fuera yo, taciturno caminante.

Así que me felicite por haber conseguido aguantar, no solo estas dos horas de encierro, sino además, aquella larga formación en el hangar, para mi de dimensiones increíbles, y el traslado en los camiones hasta este centro, alguien en el trayecto empezó a leer la cartilla militar que nos habían entregado y prorrumpió en voz alta - “Al mozo el valor se le supone”- en ese momento supe que sabría esperar no solo dos horas sino los próximos dos años.



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Mi corta vida, ahora puedo decirlo, hasta aquel momento había trascurrido en un monótono y desesperante día, al que continuaba otro, y después el siguiente, pero que desde el momento en que llegué a la isla todo fue demasiado rápido.

En su momento llegue a pensar, para no culparme, que todo se debió a la velocidad en que se produjeron los acontecimientos, pero no había ninguna excusa para lo que pasaría después, el que se vio arrastrado por todo aquello era un joven de 19 años sin mucha vida vivida y con demasiadas fantasías por vivir, tal vez lo único no provocado fue mi encuentro con karl, de lo que fue nuestra relación posterior soy tan responsable como lo fueron el y Goda.

Había pasado la noche en aquella cala, cerca de Santa Eulalia, y solo el café de aquel cercano bar, había templado algo mis entumecidos brazos, las noches empezaban ya a resultar frías en aquel empezado septiembre donde las lagartijas, mayores a las que estaba acostumbrado, transitaban bajo mis pies buscando el calor de los primeros rayos y tal vez algún primer alimento, el cual no podía venir de mis manos que abrazaban aquel vaso que guardaba algo de la temperatura de lo que había contenido.

Los trazos de carbón ya tenían prácticamente delimitada la cala donde había pasado la noche y emborronaban de sombras los contornos deseados, hasta que pronuncio aquellas alabanzas en un español muy aceptable, pero al que se le notaba extraña procedencia.

- No es más que una mancha.
- Entonces no te importa que me quede hasta que termines, me gustaría ver el final.

Era de aspecto agradable, y su hablar tranquilo, sentado sobre el suelo, no fui capaz de darme cuenta de su presencia hasta que hablo, y al girarme lo encontré acuclillado tras de mi observando la carpeta de dibujo.

- El final lo puedo hacer ahora mismo, o puedo tardar bastante tiempo, nunca sé cuando decidiré que esta terminado.

Lo dije con un tono bastante desagradable, así que me extraño que en vez de darse por despedido, sonriera y continuara.

- Eso sé, que les pasa a buenos dibujantes, después de años de ver su obra deciden corregirla o sustituirla del todo.
- ¿Conoces a alguno bueno?.
- Ha varios, y espero que me dejes conocerte a ti.

Lo tome como un halago, y es lo que era, así que di por agradecido el cumplido y continuamos hablando. Por supuesto se dio cuenta de mi precaria situación y yo también me di cuenta de la oportunidad y la posible ayuda que ofrecía el encuentro, he de reconocer que con gran dosis de ingenuidad en ese momento, no intuí nada anormal, cuando me invito a su casa y a compartir lo que el denomino, nuestro grupo, donde todos llegamos a ser amigos y nos ayudamos en lo que cado uno puede hacer, eso precisamente era lo que yo había venido a buscar en un sueño infantil, y se presentaba ante mi a los pocos días del desembarco en el muelle de Ibiza.

Su edad era desconcertante, desde luego era bastante mayor, desde la entonces exultante juventud que ve al resto del mundo según sus propios parámetros, seguramente no lo suficiente para poder ser mi padre, claro que no era el caso, mi padre ni vestiría así, ni actuaría como lo hacia karl. Tras un breve recorrido en el Mehari, y dejando el polvoriento camino, que dejaba la carretera de San Rafael, la masia parecía menos grande de lo que resulto ser, debido en parte que la ocultaban las higueras, de hay su nombre, y en parte a que la vida, como mas tarde comprobaría, se hacia en las terrazas, a su espalda, bajo los cañizos, a la sombra de aquellas higueras y rodeados de su olor, fuera de la vista del camino, o de cualquier otra parte del los alrededores.

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El pobre Cabeza de Partido, se llevo la primera ostia. En desagravio también fue el primero que se libro del servicio, andaba como loco presentándose a todo el que quería oírle, era de no se que pueblo, al que el añadía la coletilla en tomo de importancia que era “Cabeza de partido”, claro el humano humor corriente, que es mezquino por naturaleza, enseguida le acuño el apodo de Cabeza de Partido, iba dando la caraja, con que haber si le sacamos de aquí, que el no pude estar encerrado tanto tiempo, alguien con pinta de que allí contaba algo, se acerco despacio y tranquilo, le encajo un puñetazo en el estomago y cuando se doblaba por el impacto, le soltó una leche que aparte de dejarle al rojo vio la oreja, los pitos le debieron de seguir sonando para toda una eternidad, el pobre se quedo llorando diciendo que solo había venido a servir a España y que pensaba hacerlo el mejor de todos, a las pocas semanas estaría de vuelta en su casita liberado de servicio como consecuencia de padecimientos psíquicos graves, para gran envidia de muchos, y extrañeza de otros , hubo alguno también que lo considero de mucha inteligencia, para mi que no, que de verdad estaba algo trillado, pero quien no, ... o al menos no tan pronto,… o tal vez en algún otro momento.


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Casilda fue la primera que pronuncio las palabras por todos conocidas en alta voz, poner nombre a de que iba todo esto, tenia su valentía, pues aunque nadie las había pronunciado, creo que estaban en el conocimiento de todos, estaba muy bien lo de permanecer allí en la masia, unidos como cariñosos compañeros y amantes, y formar una gran familia, si, pienso realmente que estaba en la cabeza de todos, pero ella fue la primera que se atrevió a decirlo - lo que estábamos haciendo- no era otra cosa que la subordinación sectaria al servicio y el placer de Karl y Goda, tal vez no se tratara de una secta al uso, pero se asemejaba mucho, cierto es que entre nosotros nacieron, independientemente de nuestros anfitriones, muy estrechos lazos, pero,¿ acaso y de manera inducida no lo eran también? . Si, lo eran sin duda, y con las muchas visitas que recibían ellos, tanto compatriotas como otra gente, muy ufanos nos presentaban como sus muchachos, orgullosos ante sus amigos del tipo de vida que allí llevamos, sin inhibiciones y con una intensa vida sexual compartida en todos sus términos y por todos nosotros.

Invitaban a sus chicos y chicas a mantener relaciones con los buenos amigos que los visitaban, circulaba mucha hierba y en ocasiones también algo de acido lisérgico, siempre subrayando la importancia de los personajes que acudían, fuera real o falseada, y las buenas intenciones que les traían a visitarnos, y como nuestra comunidad iba a crecer a partir de este pequeño circulo, y llegar a otras comunidades en distintos países, de los que nos íbamos a ir hermanando, si es cierto que en alguna ocasión apareció por allí algún que otro joven importado de lejanas distancias, de la misma manera que nosotros saldríamos no mucho mas tarde, aunque en otras condiciones.

Efectivamente, algunos estábamos en el conocimiento de la marcha de Casilda, ella habría querido irse con sus amigos, con los que vino, los hermanos Miguel y Ana, pero ninguno de los dos quería dejar aquel espacio adquirido, se que tanto Miguel, como yo mismo, éramos muy queridos por Goda, y ella tampoco ocultaba sus preferencias ante los demás. Así que cómplices y con un propósito distinto, en una de las visitas a la ciudad, sacamos pasaje para el barco a Valencia, allí sola tendría que arreglarse, y el día fijado le acompañe clandestinamente, hasta verla partir desde muelle en el puerto de Ibiza, nadie supo quien fueron sus cómplices en aquella partida.

También sabía que no tardaría mucho en avisar a los padres de sus amigos, no sabia cuánto tardaría, pero era seguro que cuando ella apareciera tras su ausencia, algo empezaría a moverse, llevaban mas de seis meses desaparecidos, o al menos, sin dar lugar de su paradero, por mi estaba tranquilo, dado que si bien conocía mi lugar de procedencia, nunca mencione donde vivían mis padres y aunque lo hubiera sabido por otros, era difícil que contactara con mi familia.

Desde aquel día, cercana ya la navidad que se adivinaba en todos los preparativos ciudadanos, se precipitaron los acontecimientos, apareció, para poner fin a la calma establecida, como rutina después del ajetreado otoño, un taxi del que descendió una pareja solemne y preocupada, indolente desde la terraza no percibí la gravedad que aquello iba a suponer, el tono de las voces donde se reunieron con nuestros anfitriones fue en aumento, después acudieron Ana y Miguel y se encerraron apartadamente con los que mas tarde supe que eran sus padres.


Salieron a los pocos días, y se empezó a desarrollar una intensa labor de preparativos frenéticos de marcha, algunos teníamos que ser sustraídos de la posible visita policial, que ahora ya no se descartaba, éramos en aquel entonces menores de edad y tanto Karl como Goda no contaban con las mejores credenciales, para hacer frente a las que presumían serian las investigaciones que se abrirían, y poder además explicar nuestra presencia en su casa, en el caso en que se provocara una denuncia sobre nuestras relaciones, y las explicaciones que seguro se solicitarían sobre el tiempo que habían estado ausentes aquellos, y su vinculación con los que ahora seguíamos recogidos.

Fue algo silencioso, y todos nos ocupábamos de nuestros propios pensamientos, sin duda Karl cargaba con el peso de la situación, Goda si lo estaba no parecía alterada, en cuanto a nosotros, solo tres de los que permanecíamos de la antigua gran comuna, todavía menores ante las leyes del momento, y hasta que las cosas se calmaran partiríamos con destinos programados, escamoteándonos de las posibles investigaciones, algunos permanecieron en la finca, aquellos que nada tenían que temer, como invitados de Goda, alguno cogió distinto camino, por no decir que fue disuelto, recibiendo eso si, ayuda y distintas instrucciones de las que los demás éramos ajenos, los desplazados cuchicheábamos inseguros sobre nuestro lugar de destino, yo partiría con Karl, tenia que solucionar asuntos relacionados con sus negocios.

Aquel agotador día, empezó con el embarque rumbo a Barcelona, pensaron acertadamente, que desde aquel punto de partida, seria menos complicado mi pase por la aduana, mas discreto desde luego que desde Ibiza, pues todavía tenia pendiente el servicio militar obligatorio, una vez allí, rápidamente a la zona aeroportuaria para tomar el vuelo a Copenhague, tal vez fuera por la desenvoltura de karl o por la fecha en la que estábamos, y aunque a mí se me trasluciera el nerviosismo, todo paso rápidamente, cuando nos encontramos en la zona de transito, la mirada y media sonrisa de Karl desato la tensión hasta el momento mantenida, de manera que tuvo que pararme para que me tranquilizara.


- ¡Hey¡, que aunque esta hecho lo mas difícil, nos queda mucho por hacer y recuerda que donde vas, no será como en “Las Higueras”, aunque seguro que Martha te sabrá hacer sentir como en casa, que tal ahora, . ¡blliensf¡ , yo también me alegro de que haya resultado tan fácil, para mí era más peligroso que para ti, aunque no lo creas...

Pero de momento, se habían terminado los nervios de lo que sentía como una escapada, prácticamente ni me entere de la distancia recorrida, que se hizo relajante, mas pesado me resulto el vuelo domestico a Arhus en la península, donde la familia de Karl, tenia su residencia y las oficinas de la naviera, , y desde donde ya, no me acompañaría, volvió la ansiedad cuando me dejo en aquel tren que viajaba al norte, aunque tratara de tranquilizarme por que estarían esperándome en mi destino, en aquel tren que ya partía de aquella remota estación, es cuando mas solitario me encontré en lo que había sido hasta el momento mi vida, era navidad y aquella mañana prácticamente de madrugada estaba en el mediterráneo y ya cercana la media noche me encontraba camino del mar del norte.


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Los siguientes días fueron los tradicionales de “rapa das bestas”, y adaptarse a la nueva vestimenta que nos igualaba, y todo el tinglado sanitario, que evitaría que 5.000 tíos hacinados en aquel paraje, se contagiaran las amígdalas, o a saber que, los unos a los otros. Arengas, muchas en horas intempestivas, de madrugada cuando nadie veía al que tenia delante, y luchar con el pronto despertar, hacia que las sombras se agitaran en una falta de equilibrio, mientras una voz rotunda del mando de turno chillaba frases cuya unión de fonemas tenia que resultar altivo e importante, como... Aña , ....Ibre, .....Jercito, ... Paz.

Una vez unificado al resto de los allí congregados, en pocos días, pocos se acordaban de con que aspecto, o en que situación nos habíamos presentado, y era interesante observar, como para muchos era difícil saber, quien era aquel, al que pocos días antes había tratado con sumo desdén.

Algún piloto automático debe de activarse en el interior, cuando se trata de poner los hechos recientes en orden y comprenden el sentido de lo acontecido en la corriente que nos empujo a vivirlos, y no hay confusión en repetir una y otra vez las ordenes de marcha, Izquierda,.....Derecha, .......Paso,...... Media Vuelta, que mas da, creo que he conseguido dominar la respuesta automática y mis pensamientos pueden dirigirse a analizar otros recuerdos, aquellos de Alborg.


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.- Quiero que te sientas a gusto, y quiero que sepas que no estas obligado a nada,......con respecto a nosotros, no tienes que decidirte ahora, piénsalo un tiempo, y... me gustaría que si decides quedarte, es por que así lo deseas, .... me gustaría que lo hicieras.... pero.

-. Puedo buscarte algún sitio mas adelante, ya tengo solicitada una entrevista con el encargado de un Hotel cercano, no te pagaran mucho, pero lo suficiente para buscar algo donde puedas estar independiente, como no te pido que te quedes, si al final te decides, pues .... yo no soy como Goda, .... es buena amiga y la guardo mucho cariño, somos amigas desde niñas , pero no soy como ella, ... me entiendes?...., en ese sentido prefiero saber que quieres estar conmigo...., y esto no es Ibiza, y...

Trataba de decir algo, pero no me lo permitía, se interrumpía a menudo en su discurso, pero hacia gestos con las manos dando a entender que prefería decirlo todo seguido, y por su estado, entendí que todo lo que me quería decir debía de haberlo estado ensayando y que no quería que nada se le olvidara en aquellos primeros momentos de encuentro, así que aunque no me permitía hablar, trataba de calmarla con mi atención y asentimiento a sus palabras.

.- Desde luego no voy a poder mantenerte, así que por eso te he buscado esa entrevista, y puedes estar en mi casa en tiempo que decidas,.... si estas conmigo,... de otra forma preferiría que buscaras algún sitio , claro esta que te ayudare en lo que sea, se lo he prometido a Goda, y....

Había conocido a Martha, en “las Higueras”, había llegado como invitada de Karl y Goda , y esta me había pedido que fuera su guía y que hiciera todo lo posible para que sus estancia con nosotros le fuera inolvidable. No me resulto nada difícil, desde el primer momento no sentí que fuera ninguna obligación su presencia, y quise que se sintiese a gusto de “motu propio”, fui cariñoso, atento y recorrí la ciudad haciéndola participar de todo el bullicio que se presenta a los turistas, en su caso además se sentía complacida por que lo acompañara, como decía, uno de los pintorescos “Flower children”, no se que conversación mantendría con Goda, con respecto a mi compañía pero, aunque de forma tímida, y poco a poco, no solo se fue encontrando complacida conmigo, sino que empezó a tratarme con la familiaridad que en breve nos convirtió en amantes.

Cuando después de dos semanas, nos despedimos en el aeropuerto, fue difícil y triste para los dos, para mi seria la vuelta a las relaciones que manteníamos en “Las Higueras”, puede que su tristeza fuera mayor, al dejar aquellos días pasados, tal vez pensó que no volveríamos a vernos, y ahora me recibía en su casa.

Cuando supo de los problemas que se presentaron con la policía española, la disolución apresurada de la comuna, acepto sin vacilar la petición de Goda, de hacerse cargo de mi durante unos meses, hasta que el tiempo calmara las cosas y además darles tiempo a resolver los negocios de los que ellos dependían, pero habría esperado a tenerme en su presencia para dejar clara mi estancia con ella.

.- Y reconozco que he pensando en nosotros, pero sabia que pertenecías allí,... y cuando Goda me dijo que veníais y me pidió que te recibiera,..... yo me alegre claro, estoy encantada,... pero no quería que vinieras porque ella te lo pidiera, .... espero que te des tu tiempo, no necesitas marcharte ahora, ni... tampoco cuando vuelva Karl... si no quieres,.... y también quiero que sepas que puedo ayudarte si te quedas en este país.

No recuerdo que pronunciara ninguna respuesta, la abrace y se que llore, trate de que no se diera cuenta, pero sé que no lo conseguí, tal vez logre ocultar mis lagrimas, pero no el temblor que agitaba mi cuerpo, su presencia había traído, no solo tantos momentos de su compañía, si no el final de aquel nudo que me cerraba desde que Karl me dejo en aquella estación, sabia que con ella no tendría ningún problema, podía hablar con ella por horas ,se me iba el corazón en las malas palabras emitidas, y no necesitaba medir lo que decía, si de verdad tenían significado todo aquello que trataba de trasmitir, nuestra conversación en Ingles no era sencilla y constaba mas de complicidades adquiridas y de frases hechas, que de un verdadero lenguaje, que a falta de uno común, lo suplían nuestros gestos, silencios, y miradas.


Martha, era pequeña, incluso para mi , demasiado tal vez para aquellas gentes que me parecían descomunales y que tal vez le empujaran en su infancia algún tipo de complejo, que había persistido en forma de cierta inseguridad en sus relaciones intimas, pero de una gran fortaleza cuando se trataba del mundo que considerara exterior a su persona, así al menos la observaba yo, autoritaria y seca en la tienda y taller de sombreros que tenia, y en su conversación con aquellos que se cruzaban en el camino y de las que desconocía que relación podían guardar, por que me era imposible distinguir ni una sola de las frases en aquel idioma infernal, algunas por gesto, actitud o repetición aprendí a distinguir , poco mas, pero cuando su lenguaje era tranquilo, incluso dulce, sabia que se trataría de alguien mas allegado, su edad como la de Goda me era indescifrable tampoco tenia referencias, para mi era mayor evidentemente, pero desconocí siempre a que grupo de edad podía pertenecer, ni me importaba, tenia ya una vida social desarrollada y un pasado que contaba con muchas referencias, lo que eran para mi vivencias que otorgaba mas años de los que realmente podían ser.

No tenia familia, un día me presento como tal, a un primo mayor que ella, que debía ser el único pariente cercano, había compartido con su padre, que lo fue al parecer a edad muy avanzada, su vivienda hasta hacia relativamente poco, con unos últimos años sumido en una demencia senil. No era yo, en aquel entonces muy consciente, de lo trascendental de estos hechos en nuestra reciente relación, hoy comprendo que mi compañía en esos momento aliviaba años perdidos de amor y cariño con un marido quizás no generoso en esos valores y recuperaba o colmaba deseos de juventud no realizados, por lo que en ocasiones la pasión desarrollada era un acto de revancha contra aquellos últimos años de desesperanza.

Había quedado viuda, de un marido del que no hablaba apenas, falleció de algo hepático, y lo que pudo haber sido una liberación, no lo fue al haber coincidido con la enfermedad de su padre, lo que se transformo en un encierro distinto, encierro que termino antes de su viaje a Ibiza, si entendí bien. Y el fin de año de aquel 1.970 nos alcanzo a los dos compartiendo nuestra única compañía, sin necesidad, ni siquiera deseo, de compartirla con ningún otro, incluso tenia cierto temor a las nuevas noticias de la que era su amiga, y que podría solicitar mi retorno, pues como protegido de ella me había tomado como huésped, y que llegue a saber , por haberlo dejado en ocasiones caer en mi oído en momentos de intimidad , ruegos y temores , en ocasiones en lengua comprensible, en otras en desconocidos lamentos, de su temor a que pudieran arrebatarme de su lado.

En la balanza de nuestros cariños, ella fue siempre más generosa y sincera que yo, pues sin siquiera reconocerlo sabia que mi paso era transitorio.

En aquellos primeros días, puede ser que quisiera ocultarme a otras posibles amistades, ya sea por su necesidad de pareja o de las indiscreciones que nuestra peculiar relación podría suscitar, por lo que supe, tanto ella como Goda eran de Gunderug, una pequeña población que en alguna ocasión visitamos, y en la que si, mas tarde, fui presentado a algunos conocidos de ambas, se producía en aquel lugar, la cercanía que provocan, las pequeñas poblaciones, donde todo el mundo parece conocerse, no era este lugar lejano de la ciudad de Alborg, donde vivíamos, situada en el norte de la península y dónde tenia el negocio que fuera anteriormente de su familia, las dos habían prácticamente crecido juntas, pero hasta hay su relación y amistad.

Con distinta fortuna Goda, se había unido a Karl, miembro de una notable y rica familia de navieros del país, según me contó, algo que yo ya conocía, aunque me hice el interesado como si nada supiera del tema, incluso siendo su devenir distinto tras sus respectivos matrimonios, habían continuado su amistad nacida en la infancia, pero sus formas de vida y preferencias eran bien distintas.

Y se cumplía la contradicción de que su mejor amiga fuera ahora la persona que más daño podía hacerla, mucho tiempo mas tarde llegaría a saber, el porque no quisiera tener noticias de ella, pues en una entrevista que la propia Martha solicito de su amiga sin que yo supiera nada, le pedía, imagino que explicando nuestra reciente relación, que no ejercieran sobre mi la influencia , que propiciara mi retorno con ellos, aunque supe de esta entrevista después por Goda, nunca llegue a conocer en que términos se llevo a cabo y que decisiones se tomaron, pero durante un tiempo Martha se estremecía ante las llamadas telefónicas hasta que el transcurso de los meses fue calmando sus temores.

Efectivamente aquellos meses del estrenado 1.971, se desarrollaron con el impulso de una nueva y desconocida dicha para los dos, discurría sin que conociéramos el principio ni el final de las semanas, que solo se distinguían por nuestros respectivos horarios y días de trabajo, que al no ser los mismos daban lugar a que no supiéramos, ni importara, en que momento del mes nos encontrábamos.

Mi trabajo consistía en acarrear cubos rodantes llenos de ropa de cama desde las dependencias de las camareras de pisos del hotel hasta la lavandería situada en los áticos del edificio, y vuelta con ropa humeante recién sacada de las maquinas de secado y planchado a las estanterías de las dependencias de las camareras, fueron personas tolerantes, pues mi aspecto a nadie ofendía, me vestían uniformadamente aunque mi actividad se desarrollaba en las zonas privadas del hotel, había un remedo de jornada, pero esta variaba con los tableros de anuncios de los empleados de los que sé tenia que estar pendiente, el mío era fácil de descubrir, pues mi nombre ganaba en amplitud de escritura a todos los demás, y libre de esta obligación corría al encuentro del taller de Martha, todavía tuvo que pasar algún tiempo hasta que decidió que podía entrar en él, y ni pregunte ni llegue a saber, que complicaciones origine, pero allí me conocían y avisaban a Martha o me hacían esperar, en alguna ocasión me dieron una nota y solo figuraba la dirección de nuestra casa, yo llegaba y esperaba a que ella apareciera y después me plegaba a sus planes, solo de vez en cuando era yo quien la arrastraba a unos muelles cercanos que ella me enseño en una ocasión y que de alguna manera me atraían, ruido de mulles, gaviotas y buques que entraban y salían, además del frió intenso que nos hacia pasear muy juntos, y del olor a mar y petróleo.

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Al principio solo lo conocía por Artiaga, era el apellido al que respondía en la lista repetida miles de veces , un día coincidimos juntos mientras esperábamos escondidos hasta que saliera la tropa por la puesta principal, única puerta del muro periférico al mundo exterior al cuartel Después de pasar la revista por el Oficial de Guardia, la cosa se relajaba un poco, dejabas pasar unos minutos y después salías, directamente andando con decisión y soltura , 20 metros , 12 mas, con el corto vello de punta pensando si en ese momento te hacían detener y preparada la excusa, y por fin después podías dar la vuelta a la esquina y respirar profundamente, fuimos juntos al autobús y allí se presento como Antinoo, creo que fue aquell detalle el de nuestra próxima amistad, yo le conteste.

.-Muy valiente tu
.-Lo hago casi siempre, me fastidia pasar la revista, además, seguro que con la suerte que tengo si la intento pasar, me paran y me hacen dar la vuelta.
.-No si lo digo por el nombre.
.- ...¿ lo conoces?
.- No se todo sobre el, pero te presentas a un “soldado desconocido” diciendo que te llamas como el amante del Emperador Adriano.
.-Entonces si lo conoces.
.-Lo único bueno de ser el soldado desconocido, es que sé mucho mas de lo que puedo aparentar, pero si me apetece ser el bobo del cuartel, también lo sé hacer.
.-Venga hombre de bobo no pasas, te han puesto de maestro ¿no?
.- Ha ya te habías fijado, ¿y a ti?
.-Comandancia
.-Joder y dices que tienes mala suerte
.-Eso creen todos, pero estoy todo el día metido entre los oficiales.
.-Ya pero de bonito, sentado y sin servicios
.-Tú tampoco tendrás queja
.-te equivocas de 7 a 12 como todos y después solo las 3 horas de las clases, guardias y servicios los que decidan Dios y el Furriel que en este caso es como decir Dios.bis.
.- y tu ¿por qué te escapas?.
.-Puedo decir que he tenido a un alumno hasta tarde, que no podía dejarle en ese momento y que no he podido pasar con la compañía.
.-Pues como yo entonces, basta decir que me ha entretenido cualquier oficial, así que tenemos la excusa, ¿pero tu porque lo haces?.
.-No lo se, podría decir que es un acto de rebeldía, pero no es verdad, a mi me pone de los nervios el que el fulano me este repasando de arriba a bajo y girando sobre mi, me intimida y siempre habrá algo que haya pasado por alto, para esto del uniforme soy bastante despistado.
.- Otro hubiera dicho que pasa del asunto, pero me alegra saber que todavía hay alguien sincero. Vaya, que te da miedo, ¿no?. A mí me pasa lo mismo, y si me dice algo, seguro que me pongo a temblar y eso me da más miedo todavía.

Seguimos hablando y empezamos a reír, en ninguna forma me importo su condición y el creo que agradeció que no hubiera que mencionarla, mi reciente pasado, no era para sentirse muy ufano y aunque con el tiempo conocería toda la historia, en ese momento no me era grato darla a conocer, sentado el principio de que no estaba por el asunto, no creo que nunca en nuestra relación posterior abrigara ningún sentimiento hacia mi, salvo el de la buena amistad que nos acompaño desde entonces, vivía con Rodrigo en un buhardilla de la calle de San Marcos, pero no, por aquel entonces el barrio de chueca en Madrid, no es lo que hoy en día, solo un barrio deprimido y de casas antiguas de alquileres bajos, ni creo que nadie se acuerde de ellos, pero tal vez fueron los primeros Gay de la zona, cuando este nombre no era utilizado para su condición.

Aquel día no hubo excusa para nadie, todos teníamos que acudir al campo de entrenamiento, creo que se estaban gestando unas maniobras y el teniente quería tener a todos preparados, no quería arriesgarse a tener algún accidentado por falta de preparación supongo, así que los entrenamientos resultaban agotadores, yo no se porque, pero me encontraba en una forma física como nunca lo había estado anteriormente, comía regularmente, dormía mucho mas de lo que lo había hecho en los últimos años y como desde el colegio no había desarrollado ningún tipo de actividad deportiva, los días pasados en el campamento de instrucción de reclutas me habían convertido en lo que nunca había sido.
Por eso llego a sorprenderme mi propia suerte, los sargentos impelidos por la presencia del teniente nos metían toda la paliza verbal cuartelaría que sabían y que era mucha, para que saltáramos, corriéramos mas, y trepáramos mas alto por las cuerdas de instrucción, cargados con toda la impedimenta de soldaditos, había un punto donde todos caían, pasada la tapia a la que había que acceder con una cuerda que colgaba de un extremo al caer en el otro lado y a poca distancia había una valla de escasa altura pero de un ancho considerable, muchos subían a ella y una vez encaramados pasaban los pocos metros corriendo para saltar al otro lado, este obstáculo querían que se hiciera sin sobresalir prácticamente del muro y había un tiempo para realizarlo, y allí pinchaban todos.

El teniente muy ufano, paro el entrenamiento y quiso mostrar la mejor manera de pasarlo, saltando sobre el y rodando hasta el extremo opuesto, dejo una marca de tiempo muy baja a la que añadiendo algunos segundos por considerar que nadie podría rebajarla espeto, “ al que la supere, le rebajo de las maniobras y le doy permiso durante el tiempo que duren”.

Unas risas se extendieron por el pelotón, sabiendo que nadie podría aceptar aquel reto, pues el chulin del teniente era joven, de buena figura y se le veía con la suficiente preparación en esas habilidades, por eso solo en un momento se produjo un silencio seguido de mayores carcajadas, cuando una voz dijo con suficiente resolución.

-Si me permite intentarlo bajare su marca no en el tiempo que ha pedido sino el que ha hecho Vd.

Pero un reto era un reto, sobre todo para aquella mentalidad de militares machitos, así que mirando de arriba a bajo al maestrillo de la tropa, aquel de aspecto achinado y con gafitas redondas, que parecía mas un ratón de biblioteca que un autentico soldado, el teniente dijo de manera sarcástica y como si le produjera cierto temor, para incrementar las risas de los demás. Huuuu que miedo, bien, veamos al maestro lo que sabe hacer”.

Dentro de mi algo espoleaba, y no era solo que sabia que podía superarle, era también el dar por saco aquella pandilla de exaltados de la fortaleza física, que para mi nunca habían demostrado que siquiera, supieran hacer aquello de lo que se enorgullecían, además el hecho de verme libre de las famosas maniobras y quedarme en casa sin tener que acudir al cuartel era motivación suficiente, corrí detrás del muro , una duda me asalto sobre toda la indumentaria que arrastraba, pero salvo eso, sabia que podía pasarlo con creces, ate con los correajes como pude la mochila a la espalda para que no me entorpeciera en lo que pensaba hacer, subir el muro con la cuerda no era parte del reto pero yo quería incluso machacar, así que pedí tiempo desde ese punto.

Subirlo encaramarme a el y saltar al otro lado no hizo correr el cronometro mas que la incorporación del teniente al murete bajo, una vez en el suelo corrí la pocas distancia y lanzándome como cuando era crió embestí el obstáculo, lo hice como en el patio del colegio, cuando saltaba una y otra vez el plinto, siendo mi única distracción, y con los gritos de la chiquillería que me alentaban a cada vez hacerlo de manera distinta, desde el momento que puse la carrera en marcha mi mente era mas lenta que el tiempo exterior , aquel fue un encuentro tardío con una sensación olvidada, hacia delante me indicaba mi interior, no hay trampolín pero el muro es mucho menos ancho que el plinto, las manos adelante, ahora las piernas por dentro como cuando hacia un interior, pero atento que no termina en descenso sino que es plano, y cuando caí al otro lado me sobraban todavía segundos de la marca del teniente.

El silencio que siguió fue uno de esos logros que conquista tu ego y que se queda hay para siempre, cuando me alce sabia que el cronometro todavía me daba margen para presentarme ante todos, y todas aquellas practicas del patio del colegio parecían haber sido realizados para este único acto.

Otra vez me miro de arriba abajo, pero esta vez su mirada no delataba lo que por dentro le estaba pasando, imagino que una tormenta de contradicciones, como aquel canijo había podido......., pero se sobrepuso a lo que fuera que pensara y dijo, no puedo pedir que hagáis algo que yo no podría hacer, así que los demás lo pueden intentar como lo he hecho yo, y tu ..., tu no necesitas ir de maniobras, acabas de ganarte un permiso desde este momento hasta que vuelva la compañía de las maniobras....quizás no quería tenerme de nuevo en su presencia.


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Fue Karl el que aguardaba, cuando me buscaron para decirme que alguien preguntaba por mi en el muelle de carga de servicios. Ya no lo esperaba o si lo hacia no pensé que fuera de aquella forma, primero me pregunto vagamente como me encontraba y si estaba a gusto, para continuar con lo que en realidad buscaba, seguimos con una conversación que tuvo mas de entendidos que de palabras, y sin recordarla en toda su extensión, si tengo todavía presentes los términos en que se desarrollo:

-Volvemos a Ibiza a primeros de mayo, vendrás?
-Te ha dicho algo de mi Goda?
-Si hemos hablado, pero no sabe que estoy aquí.
-Martha sabe algo?
-Tendría que haber preguntado a ella?
-¡no¡, solo si ella sabe que vendrías
-no hace tiempo que no he hablado con ella, se que estáis juntos, depende de ti, solo te digo cuando regresamos a “las Higueras”, todo esta arreglado.
-que esta arreglado?
-bien, que nuestra finca sigue allí, y no tenemos noticias de que haya cargos contra nosotros
-Según la legislación española, yo sigo siendo menor, y si regreso es posible que no pueda volver a salir, una vez tuvimos suerte, pero teniendo pendiente el servicio militar no creo que vuelva a tener tanta suerte otra vez.
-¿solo te preocupa eso?
-No claro, también esta Martha.
-Vas a seguir trabajando de mozo en el Hotel.

Me sentía avergonzado, no porque tuviera que estarlo, pero si por no saber que decir, y porque realmente estaba a gusto con mi situación, aunque fuera la posición de un simple mozo, por otro lado totalmente feliz, pues era la posición de Martha a mi lado y no la mía la que importaba.

-¿Que a sido de tus dibujos, piensas dejarlos?. Eran buenos.
-¿Te llegaron a interesar alguna vez?
-Todavía tienes mucho que aprender, pero siguen siendo buenos.
-En “las Higueras”, mis dibujos no eran lo más importante.

Me miro por un tiempo que se hizo eterno, pensaría si trataba de revelarme de alguna manera por mi tiempo en la finca.

-Goda te aprecia, lo sabes, eras de sus preferidos y te ayudo en todo, ¿no?
-No es culpa de Goda, yo también la aprecio, pero allí no hay espacio para otras cosas.
-Que yo sepa nunca te ha pedido que dejes los bocetos, ¿ a que otras cosas te refieres?
-Sabes lo que quiero decir, no es solo ella, están las otras chicas, vuestros amigos, las fiestas
-No se que quieres decir. ¿ Ha sido distinto aquí?, estas solo con Martha, ¿has encontrado el tiempo necesario para desarrollarte como dibujante?
-No, tampoco,... tal vez no sirva
-Tampoco es eso, ¿porque no te lo dices a ti mismo?,... ¿quieres que lo haga yo?, mi vida no puede ser ejemplo para nadie, pero yo se lo que quiero, y no me engaño ni me justifico, así que no te daré ningún consejo , pero puedes ir pensando en lo que quieres, y en lo que estas dispuesto a hacer por ello, eres indisciplinado, o falto de voluntad para obedecerte incluso a ti mismo, no sabes trabajar en tu interés, tampoco haces muchos esfuerzos ¿no?. Es mas fácil echarse en los brazos de una mujer y que sea ella quien te cuide, eso tiene un nombre, ¿ lo conoces?.

No hacia falta que lo dijera, pues su mirada me lo hacia precisamente sentir, pero también era capaz de hacerme enmudecer, no podía acusarle de ser el que me introdujo a la vida y el aturdimiento de “las Higueras”, pasada la primera sorpresa, fue solo decisión mía dejarme llevar de su tendencia como ”voayeur”, en los brazos de su mujer. Y por otra parte, tenia toda la razón, desde que entre a formar parte de su peculiar comuna, mi vida la había dejado en manos de los dos, incluso mi actual estancia en su país y lo que vivía ahora no era más que la continuación de sus decisiones.

Tenia que extraer de mí anestesiada conciencia, si mi actual relación con Martha era lo que quería, sabia que con ella era algo intimo, pero estaba yo actuando de manera sincera o solo era producto del seguir dejándome arrastrar para no molestarme en tomar el destino de mis días por mi mismo, ya fuera con Goda, para la que no era mas que uno mas de sus muchachos, por muy favorito que fuera, si eso podía significar algo, satisfaciendo tanto a ella como a su marido, o con Martha que aun siendo diferente, era idéntico en cuanto a “ no actuar”, salir de aquella fácil vocación de vivir cómodamente, me hacia darme cuenta cómo había cambiado mi percepción de mi mismo, ya no es que no me gustara a mi mismo, era mi inutilidad como persona, no conocía mi antigua iniciativa, si es que alguna vez la tuve, y también me demostraba, que mi capacidad para abstraerme y disfrutar con el dibujo, que entonces era, no solo mi gran afición, sino el soporte de mi estima, ahora estaban olvidada y con ella, por tanto también, perdida la personalidad que pensaba me acompañaba. Nada de esto pensé en el momento en que Karl me hablaba sino después, aquella misma noche, en que llore con Martha.

No necesito seguir hablando, antes de marcharme poniendo como excusa las ocupaciones que había dejado pendiente, me dejo una nota en la que figuraban varios teléfonos.
- En cualquiera de ellos te darán mi paradero, si lo prefieres quieres solo tienes que dejar un mensaje diciendo si te decides venir, tendrá que ser pronto y ya me ocupare yo, de otra forma no te molestare más.




Hoy solo veo a Rodrigo el entonces compañero de Antinoo, cuando esporádicamente sale por la TV, en algún momento, casi siempre relacionado con A.R.C.O, me gusta verle, prácticamente no ha cambiado nada y seguro que a él le gustaría saber que lo hago, siempre fue muy coqueto.

Yo ocupaba otra infravivienda en Mesón de Paredes, la zona del Rastro, no muy alejada, así que tuvimos oportunidad de vernos con frecuencia y cimentar nuestra nacida amistad, pero no solo porque nos obligo nuestro común destino, después de nuestras obligaciones matinales, nos reencontrábamos prácticamente todos los días, y llegue a conocer a el, sus ligues y amigos, y el toda mi vida.
Una vez ya terminado mi periodo en el ejército, y tras mi estancia en Inglaterra, aun a mi regreso, continuaba su acogedor grupo alrededor de aquella vivienda de San Marcos, donde pasaría a ocupar un hueco en una habitación con todos ellos.


Antinoo, desde las primeras palabras, impresionaba , eran seguras y sorprendía la profundidad de sus conocimientos, puesto que sus opiniones las basaba en datos que aportaba y nunca de manera, que su interlocutor pudiera sentirse abrumado , nada en el había de arrogante, sino todo lo contrario, por lo que su personalidad cultivada no era pedante, y que era fruto de una mente inquieta por la cultura y para mi, por ser capaz sobre todo, de expresar en palabras, todo aquello que a mi me hubiera gustado saber decir, pero que solo vivía en el mundo de las ideas y que me resultaba imposible traducir a lenguaje comprensible.

Esto se traducía también en el pequeño mundo pictórico del que también resultamos coincidentes, con el empecé a hacer los primeros gravados, técnica que el ya utilizaba, no era un inspirado dibujante, pero si un gran trabajador del dibujo, por lo que sus planchas eran muy elaboradas, lo que tenia un inmenso valor, modificaba las placas de gravado que hacia, las tiraba, corregía y trabajaba otra vez, podía fastidiarlas y entonces las reutilizaba, todo por que era muy minucioso y capaz de perseverar en un detalle hasta que no quedaba a su satisfacción, las mas de las veces sin desaliento, pero cuando alguna vez pude ver que después de mucha repetición no obtenía lo que deseaba, entraba en una furiosa depresión, mi dibujo era mucho mas fácil, desarrollaba una idea y no precisaba que ningún aspecto fuera imprescindible, me servia con extraer las formas que necesitaba, sin necesidad de que resultara real y sin tener que precisarlas, por lo que mis incipientes planchas, aun siendo las primeras resultaban mucho mas ligeras, de eso se trataba, el que conociera la técnica, enseguida percibiría que no había mucho trabajo en ellas, pero quedaban espectaculares, de hecho las mostraba con orgullo, diciendo que era mi maestro,

En el era todo lo contrario, le interesaba lo que quedaba totalmente explicito en su mínimo detalle en el gravado, y para ello dibujaba mucho y tiraba demasiado, yo solo emborronaba papeles, hasta que algo me llamaba la atención, entonces lo desarrolla sin mucho esfuerzo en la plancha, mi resultado era por tanto satisfactorio, el suyo agotador.

Estas nuestras largas tardes juntas fueron enriquecedoras para los dos, yo trate de depurar mas lo que hacia y creo que el en alguna ocasión no se sintió obligado a ser tan escrupuloso con su obra, también creo que fui yo, el mas enriquecido, y disfrute de su amistad hasta que aquel azote, hoy con mejores oportunidades, pero que entonces era un proceso sin solución, se lo llevo de la manera mas cruel, pues las enfermedades oportunistas se cebaron en su destruido sistema inmunológico.


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No tardo en darse cuenta de que algo sucedía, es muy posible que yo tampoco supiera ocultarlo, y me lo pregunto enseguida y de manera directa.
- Has tenido noticias de Goda.

Era una afirmación, me sentí molesto, creo que más por el hecho de la rapidez con que había leído mi angustia, y aunque en cierta forma también prefería poder abordarlo en seguida, no tenia razón para expresarme así, pero mi respuesta fue irritante por que así me sentía.

- No, ¡ha sido Karl, ha venido a verme al hotel¡
- No sabia que estuviera por aquí, ¿cómo sabia donde encontrarte?

Era consciente de que ella se daba cuenta de por donde discurrían mis pensamientos, desde luego el conocería la casa de Martha eso no seria ningún secreto, pero había venido a buscarme al Hotel, y eso solo lo podía saber a través de Goda y por tanto de ella misma. Así que mi respuesta tuvo algo de recriminación

-Tú se lo contarías a Goda. No?

Si había estado esperando ese momento durante nuestra relación, se había preparado con suficiente tiempo, pues ella permaneció inalterable en apariencia, dejo descansar los hombros y un suspiro se escapo de su interior, tomo asiento tranquila en el salón de la casa donde estábamos, y con un gesto me señalo el asiento libre a su lado, era mas un gesto de tranquilidad que una petición, se habrían de decidir en los momentos siguientes nuestra situación y esperaba que la abordáramos con el necesario sosiego. Agradecí ese gesto, porque daba mucho de lo que siempre ella había sido, yo volvía a ser el joven inmaduro que acudía acorralado a su tutela, su consejo y su cariño, seria la ultima vez, mi decisión madura o no, tendría que determinar nuestra vida en común, y no fue un momento sencillo sino horas de lagrimas y caricias de los dos y café solo para ella, sus palabras, las que recuerdo fueron:

-Siempre he sabido que nuestra situación no podía durar por mucho tiempo, podía engañarme a veces, y pensar que nada de esto sucedería, pero sabia que si no te venían a buscar, en algún momento seria tu propia decisión la de romper conmigo, tal vez no ahora pero pasaría el tiempo, y eres demasiado joven, pero hubiera preferido que fuera por tu propia voluntad, eso indicaría que asumirías tus propias decisiones, y eso no me molestaría tanto como que te lo estés planteando por lo que Karl te halla podido decir, trato de que entiendas que no puedes seguir actuando por lo que la vida te ponga por delante, eres tu el que ha de ponerse delante de ella, ni yo ni Goda ni Karl tienen que decirte como actuar , habrá momentos en que decidas sacrificar tu individualidad por amor, por responsabilidad, tal vez solo por egoísmo, que mas da , te hará mejor o peor persona , pero necesitas crecer como individuo.

Si recuero esa parte, de la larga noche en que agotados nos quedamos hechos un ovillo en el sillón del salón, es porque por la mañana en el trabajo era lo que mas me repetía, cuando aquella tarde volvimos a encontrarnos yo ya tenia, quizás desde aquel lejano día en que salí de casa de mis padres , una decisión importante propia de lo que hacer con mi vida, y Martha la que me ayudo a llevarla a cabo.


Después de aquellos meses, en los que prácticamente éramos inseparables, no solo no hacíamos caso de las burlas a las que nos sometían, cuando comunicamos a los mas cercanos que nos marcharíamos a Inglaterra, para mi no había ningún problema con su homosexualidad, después de mi paso por “las Higueras”, y ya teníamos decidido que lo haríamos cuando nos licenciáramos del Servicio Militar, lo vivíamos como una aventura, y pocas semanas antes y prácticamente sin ninguna preparación pero con gran ilusión, sentíamos nuestra próxima salida como una aventura, nada había perfectamente claro, solo que tomaríamos un avión y nos presentaríamos en Londres por supuesto lo difícil era entrar y alguna estrategia ya teníamos aunque nada sabíamos por entonces, de lo que pasaríamos, claro esta que habría que hacerlo como turistas, con una cantidad de dinero suficiente para que fuera presumible nuestra estancia como tales y que el billete fuera de ida y vuelta.

Y llego el día, muy parecido a aquel otro hacia ya tiempo, que también llego, este con gran alborozo, en aquel caso con tristeza, pues con Martha pase aquellos últimos momentos con gran pena, ella siguió siendo mi apoyo, y en el momento de la separación me infundió valor para hacer lo que ya me había propuesto realizar, y para que no desfalleciera cuando me encontrara de regreso en Ibiza y lejos de su presencia, me insistía en que pensara en ella en los momentos difíciles, y que actuara según mi primera intención. Karl se mantenía a cierta distancia y dejaba que nos despidiéramos con cierta indiferencia que me resultaba insultante, pues deba a entender su ascendente sobre mí, aquel que estaba dispuesto a que no se siguiera produciendo.


Nuestra salida del aeropuerto de barajas, se realizo como si fuera un gran acontecimiento, pues en la despedida se dieron cita todos nuestros amigos, y la gente que de una manera u otra habían pasado por la casa de San Marcos, se que Antinoo hubiera preferido una salida mas discreta y que le agobiaba todo aquel jubilo a nuestro alrededor, en parte porque le acompañaba aquella incertidumbre sobre las próximas horas, por mi parte estaba deseando empezar a tomar otra vez aquella sensación de que mi vida me pertenecía, ya no era aquel muchacho que se marcho de casa de sus padres, y lejos quedaban los recuerdos del olor de la higueras.



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-No habrás venido hasta aquí, para estar separado de todos, te hemos dejado solo porque entendemos que tus sentimientos estén confusos, pero no puedes seguir rehuyéndonos, los que te conocen ven que te comportan de manera diferente y conocen las circunstancias, pero da igual que se lo expliquen a los que no te conocen, ellos no pueden aceptar de la misma manera tu alejamiento.

-Tal vez tienes razón no debía de haber regresado, quizás lo mejor es alejarme

Me interrogaba con la mirada, no alcanzaba a comprenderme, y creo que antes de emitir un juicio quería saber más acerca de aquella nueva actitud, aunque notaba que se iba intranquilizando.

-Si has realizado este viaje, para ahora desaparecer, donde crees que vas a acudir, no tienes donde ir, y sabes que nosotros nos preocuparíamos de ti, eres uno de los nuestros.
-La ciudad esta llena de gente como nosotros, no creo que este solo, si eso es lo que te preocupa, pero además es que quiero estar solo, no se cuanto tiempo, pero necesito estar solo, no estoy a gusto con nadie, y tampoco quiero ser un lastre para nadie.

Claro que de todo ello, la mitad era mentira, pero me superaba por dentro saber que podía mentirla tan fácilmente, disfrutaba de aquella faceta recién encontrada y que nunca hubiera sabido utilizar antes.

-A pasado un tiempo desde que regresaste, no se que te ofreció Martha, seguramente mucho cariño, ella es así, pero aquí puedes tener tanto como el que dejaste, que vas a hacer, vagabundear por toda la isla.

-No me va a pasar nada, si me dedico a vagabundear, así me encontró Karl.

-Y cuando necesites algo, cualquier cosa, a quien vas a recurrir, volverás entonces?.

-Puedo acudir a mas casas, recuerdas que tu me has enviado a demasiadas amigas y amigos tuyos que ahora están aquí instalados.

-No te recibirán, no si saben que has salido de las “higueras”, sin mi consentimiento.

-Te tengo que pedir permiso entonces?.

-No te lo doy, no quiero que te vayas

-No tienes nada de mí, y ahí otros chicos a tu alrededor, no te hago falta

-Karl a puesto mucho empeño en ti, sabes todo lo que ha tenido que hacer para que vuelvas?

-Y se lo agradezco, pero que tiene esta discusión que ver, con Karl

No dava credito, entre otras cosas, porque yo n o podia ser tan ajeno a lo que sucedia—No me hagas contarte lo evidente, lo has sabido siempre ,¿ verdad?, ¿ hasta ahora y sigues sin darte cuenta? , tampoco se yo que ve en ti, o tal vez si, claro que tiene mucho que ver Kart, el que ve , que le hubiera gustado ser, o parecerse a ti, el que se reconozca en tu cuerpo.
-No hace falta que me digas mas, claro que lo he sospechado desde el principio
-Como no, claro que hace falta que lo diga, para que quede suficientemente claro, él hace el amor a través de ti,… de vosotros, …a mí me parecéis bien, unos mejores que otros, pero él elige a quienes quiere , quienes le sustituyen, el esta presente, actúa y siente a través de tus acciones, se excita y complace a través de ti, siempre a sido así, y no me preguntes porque te eligió.

Dejo pasar un momento, alargo una pausa en su mirada interrogante, quería que aquello llegara al lugar de la conciencia que tenia que llegar y continuo, para que no hubiera ningún equivoco.

- Cuando estoy contigo realmente me tiene él , y a mi me pasa lo mismo, trato de que sea él. Y si no quiero que nos dejes es por Karl, él lo paso mal mientras estuviste en Alborg, y ahora no puedes irte después de lo que a hecho por ti, no te lo consiento Hemo.

Sabia que cuando utilizaba ese nombre con el que me habían bautizado al conocerme, trataba de devolverme a aquellos días en los que mi estancia entre ellos fueron nuestros momentos compartidos, ahora solo podían ser buenos para ellos, no los que yo quería, no quería seguir siendo Hemo.

-Estoy convencido que tengo que irme, ahora si, perdona pero este olor me está mareando, seguiremos viéndonos, pero ahora no puedo seguir esta conversación, no pasa nada por que la aplacemos, nos seguiremos encontrando, la ciudad es pequeña y frecuentamos siempre los mismos sitios.

-No te vas a marchar, así no.

-De verdad si sigo mas aquí, me tendrás que recoger, me esta poniendo enfermo el olor de las higueras hoy esta especialmente fuerte, vamos nos de aquí, si quieres seguir hablando, pero creo que no hay mucho mas que decir.

Me retire de la terraza, era verdad que me mareaba, pero seguramente no era del olor de los árboles, todo aquel ultimo año se me venia encima, cuando llegaba a la casa pude distinguir entre los reflejos de las ventanas una figura que miraba hacia fuera, tal vez no lo fuera, pero pensé que seria Karl, tal vez esperaba el resultado de aquella entrevista con Goda, nos había dejado solos, tal vez esa soledad era un tiempo pactado para aquella entrevista seguramente planeada, Goda tras un momento de estupor, andaba ligera hacia mi, y decía a mis espaldas.

-Espera no terminó todavía

Creo que solo lo repitió otra vez, por algún motivo, tal vez una seña desde aquel reflejo en la ventana, dejo de seguirme, subí solo a los pisos altos, allí había dispuesto mis pocas pertenencias que fui metiendo despacio en mi petate, si espere con esa lentitud fue esperando que alguien se aproximara a pedirme explicaciones, no sucedió, pero seguramente aquellas explicaciones o instrucciones, se estaban impartiendo en el piso bajo, tras el reflejo de aquella ventana que ahora miraba al interior y comunicaba sus intenciones, fuera como fuera, nada turbo aquel recoger tranquilo, cuando termine no quise demorarme mas, no paso mucho tiempo, baje y empecé andar hacia el camino de la masia, nadie me siguió, aunque tal vez me seguían muchas miradas, todas ellas las llevaba en la espalda y pesaban mas que el petate que apoyaba sobre mi hombro, pesaban tanto como el olor de las higueras que por fin abandonaba.


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Tomo forma en mi cabeza poco a poco, estaba decidido a salir de la isla, no importaba mucho el futuro lejano, pero si el inmediato, después las cosas sé irían sucediendo, quería decidir sobre mi futuro pero el que ahora me atormentaba era el de salir de la Isla, para el embarque no había mucho problema, parte de mis pocas pertenencias habían quedado en la pensión y por tanto se salvaron del robo, pero tampoco me permitiría vivir mucho tiempo esos ahorros, aunque Fredi el Holandés que vendía hierbas cerca de donde yo me situaba en la escalinata de la ciudad vieja se encargo de mercadear con a mis dibujos, mi aspecto lamentable echaría para atrás cualquier acercamiento de los posibles compradores, alguno posiblemente se lamentara de mi estado, pero en general mis vendas, moratones y mi rostro inflamado y púrpura, producía mas reparos que empatias.

Todos aquellos días siguientes a la agresión, pasaba por la oficina de Correos, pude ponerme en contacto con Martha y tranquilizarla indicando menos de lo que me había sucedido, aunque mi resentimiento no me izo ocultarle mis sospechas de donde procedía el robo, y que más que tal robo, la intención primera era la de causarme el mayor daño posible, no descartaba en mi cabeza, haberme salvado de un percance aun mayor. Mi intención además de pedir algo de ayuda económica, cosa que no hice de momento, era la de que conociera mi actual condición y el saldo que había provocado mi salida de la vida de Goda y Karl, puede que no influenciara sus sentimientos hacia su amiga, pero yo deseaba que si lo hiciera, al menos en aquel momento si lo deseaba.

Le dije que de momento podía mantenerme, y que si fuera absolutamente necesario le pediría algo de dinero, me alegre de no tener que hacerlo, porque uno de aquellos días sucedió algo.



Debió de ser muy rápido, unos pocos minutos, quizás ni siquiera eso, pero lo que trataban de conseguir eran lesiones de larga duración, o al menos así siempre lo sentí, nunca recuerdo el principio y solo vagamente el cómo se desarrollo aquella escena de tan corto tiempo, sé que subía como otras tardes a la parte alta de la ciudad a la explanada del castillo, por el acceso del túnel que comunica con las calles inferiores, un túnel de construcción angosta, seguramente desde su creación, para poder asegurar la plaza del castillo, no mas de dos personas podían cruzarse en su interior y yo llegue a su punto mas alto donde terminaba, vi que había alguien apoyado en la entrada, no era inusual, el golpe fue fortísimo y no lo vi llegar, no sentiría hasta mucho después la parte alta de la nariz que se rompió en el golpe, mas sentí cuando la cabeza golpeo y se rasgo en el lateral del túnel, cuando quise ser consciente de lo que pasaba, estaba mirando al suelo y unos brazos me volvían a levantar otra vez, el movimiento de vértigo cuando la cabeza gira sobre el cuello otra vez , de forma rápida, es peor que el golpe que lo provoca, y el siguiente impacto fue de rebote contra el lado contrario del pasadizo , en esa ocasión seria cuando ademas de lacerarme la cara contra el muro me dañe la muñeca izquierda, después otra vez en el suelo, dos fuertes impactos, el segundo fue menos doloroso pero mucho peor, pues el primero ya me había dejado sin respiración y cuando trataba de aspirar algo de aire el pecho dolía, fue cuando llego el segundo si no tan fuerte si mucho mas angustioso, pues me daba cuenta de mi creciente asfixia.

De lejos llegaron los sonidos muy por debajo de los pitidos permanentes que producían mis oídos, alguien gritaba y otros imprecaban a mis asaltantes, solo cuando trate de incorporarme para conseguir aire, vi a dos hombres corriendo túnel abajo, uno de ellos tenia el cuerpo rechoncho y una larga melena de un rubio poco natural, del otro no recuerdo nada, si se que en algún momento, alguno de los dos tenia muñequeras negras en los brazos que me sujetaban.

Mientras me cosían mi ceja abierta, después de haber afeitado y grapado parte de la cabeza y ponían mi labio y el resto de la cara en condiciones, apareció un hombre que se presento como comisario, acompañado de un uniformado de la policía armada en la casa de socorro a la que me llevaron, casi en voladas, pues por aquellas calles ningún vehículo podía circular, ya habían inmovilizado el brazo Izquierdo y el torso que seguía sin poder aspira el aire que necesitaba para calmarme.
Me tomaron declaración y después me indicaron que podía poner la denuncia en la comisaría cuando me encontrara mejor, y con el parte de lesiones que me darían los facultativos, si bien añadieron, estos casos de robo son difíciles de perseguir, seguramente una vez despojado de mis bienes, los sujetos estarían, tan vez de vuelta en algún barco que se alejaba de puerto, solía suceder con frecuencia y vigilaban por este motivo a los marineros de los mercantes que bajaban a tierra en busca de alcohol y mujeres y volvían con mas dinero del que dejaron en tierra.

Esa fue su explicación, no pusieron mucha atención en aquel joven de los que consideraban más indeseables que los antes mencionados marineros, seria mi impresión, pero yo le causaba bastante más malestar al inspector que los posibles atacantes.

Sabía que las pertenencias que tenía en el capacho que portaba, no enriquecían a nadie, y que si el robo hubiera sido el fin, no se necesitaba la brutalidad del acto, yo no era más que un alfeñique para aquellos dos, me hubieran robado de todas formas con muchísimo menos gasto físico.


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No la había conocido de momento, no había puesto atención en ella y por eso me sorprendió cuando me llamo por aquel nombre.

- ¿Hemo?, que te ha pasado, ¿no me reconoces?
- Bonita claro que si, -dije sorprendido pues la imagen que llegaba a mi cabeza por muy familiar que fuera tardo en hacerse transparente a mi consciencia durante solo un momento, estaba preciosa- , pero fíjate que aspecto tengo, no te puedo ni besar.

Siempre me había resultado atractiva, demasiado delgada quizás, tenia una cara muy agradable, alguno habría dicho que demasiado angulosa, pero su mirada era clara y envolvente, te cautivaba enseguida, sus brazos y piernas parecía que fueran capaces de doblarse como largas espigas, su aspecto era mucho mejor que el de la ultima vez que la vi subiendo en aquella pasarela del barco.

- Tú eres la que me tiene que contar que te a pasado, estas preciosa, pero este es el ultimo sitio en que pensé que volveríamos a vernos.
- Siempre has sido un halagador hemo, deja de hacerlo o empezare a pensar que es solo una forma de hablar y no estoy tan mejorada como quisiera, dime que me tengo que alegrar de verte así
- Creo que pese a mi aspecto, si te tienes que alegrar porque creo que se a que te refieres, ya no estoy en “las higueras” y ..., tampoco soy ya Hemo.
- Fui yo la causante?
- No Casilda, quizás se precipitó algo la visita de los padres de Miguel y Ana, pero después de aquello también han pasado demasiadas cosas, ya te pondré al corriente, pero ahora lo mas importante para mi es que no estoy con ellos y estoy haciendo lo posible para marcharme.
- Si necesitas cualquier cosa, desde este momento, quiero que ni se te ocurra el que no cuentes conmigo, y quiero saber toda la historia desde que me marche
- Gracias, si que te voy a necesitar, porque eres como un ángel guardián pero primero dime que no eres tu la que ha regresado, sin buscar nada de lo que dejaste atrás.

Dejamos las cercanías de correos donde nos habíamos encontrado y buscamos una terraza tranquila, allí nos fuimos interrumpiendo con nuestros relatos de los que cada uno bebía con atención los del otro.

- Yo llegue con Ana aquel verano, porque andaba colada por su hermano Miguel, pero después de que acabaran en la finca, se me cayo toda la ilusión por el, al principio tenerlo cerca y vivir de aquella manera me pareció maravillosa, nosotros vivíamos fuera de la finca pero pasábamos casi todo el tiempo allí, cuando una noche nos quedamos después de una fiesta, los días que pasábamos con la comuna fueron cada vez seguidos, si no hubiera sido por el ácido creo que no hubiéramos empezado, pero también es fácil echarle la culpa a aquellos días, después me deje arrastrar como creo que todos, pero con excepciones, dijo ya sonriente y tomándome la mano, no me gustaba toda aquella puesta en escena, y las miradas de Karl, esas estaban mas pendientes de vosotros que de las mujeres, no se como no os dabais cuenta.

Si se acordaba de Martha, puso mala cara cuando la recordó, aunque se fue dulcificando cuando le conté mi viaje a Dinamarca y mi estancia en Alborg .

- Los Castrómonte, siguen detrás de esa gente, Ana esta ahora en la Sierra de Madrid, donde tienen una casa, esta bien y a retomado sus estudios, pero Miguel a estado en varios centros de rehabilitación, sigue muy colgado, cuando le dan de alta sigue sin hacer nada, sus padres hacen todo lo posible para recuperarle, pero no lo están teniendo fácil, por eso no han olvidado a los que consideran responsables, me pidieron que viniera a testificar aquí al juzgado donde están instruyendo una causa por la denuncia que les pusieron, no pude negarme a ayudarles, el tiempo necesario para la comparecencia y me voy de vuelta, pero tu te vienes conmigo.

- Te lo agradezco no voy a quedarme aquí y seguramente con el tiempo regrese a casa de mis padres , pero no todavía, tampoco se como presentarme, tal vez solo para dar noticias de mi paradero, buscare después algún sitio donde poder quedarme y algún trabajo, pero no ahora, tengo que recuperarme de estos destrozos, no quiero presentarme así, cuando no se me note nada, lo que no se es donde ir cuando desembarque en Valencia.

- Haz lo que consideres que tienes que hacer, pero si me dejas darte un empujoncito, escribe a tu casa, no necesitas decir que vas a hacer o que no, pero escribe que sepan algo de ti, di que estas buscándote la vida, que estarás mas en contacto con ellos, después con el tiempo si quieres puedes ir contándoles mas cosas o callarte todo, pero que sepan de ti.

Me hizo sonreír, aunque mis doloridos labios se resistían a estirarse provocándome los mil pesares, lo que me hacia reír mas, era los primeros bailes de mi espíritu que provocaban aquellas primeas sonrisas.

- te quiero Casilda, descuida que seguiré tu consejo, aunque me veas así de machacado me sigo sintiendo una persona afortunada, siempre me acompaña la presencia de algún ser maravilloso como tu.
- No se te quita la costumbre de ser un adulador, así te va, no siempre has estado acompañado por personas especiales, todavía te tiene que dar unos cuantos golpes la vida, para que la puedas ver llegar.
- Tienes razón, pero en serio seguiré tu consejo, no se donde acabare pero me pondré en contacto con mis padres.
- Si me lo prometes, te diré donde vas a estar los próximos meses.

No desconfiaba en absoluto de ella, pero me sorprendió, esperaba sus siguientes palabras, cualquier ofrecimiento de su parte, sabia que seria sincero y esperanzado.
Sin darme cuenta no decía nada, hasta que apuro.

-¿No me prometes nada entonces?
-Perdona, claro que lo prometo, me has cogido sin esperanzas, sabes que aparte de querer salir, no sabia nada mas de lo haría después, como lo puedes saber tu.
-Prometido entonces?.
-Si , claro que si , quieres que me escupa en la mano , o algo así, te lo prometo, me pongo a ello enseguida.
-Para traerme los Castrómonte, con los que tengo que reunirme en nada y te voy a tener que dejar, me trajeron en un vuelo pagado y en el que regresamos cuando hallamos concluido con el testimonio en el juzgado, tengo que regresar con ellos formaba parte de trato, con el que convencieron a mis padres para que les acompañara, hay no puedo cambiar nada, creo que no entenderían que quisiera cambiar el viaje para hacerlo con un ex -miembro de la comuna, por muy “ex” que fuera, no tienen muy buena consideración con todos los que por allí había, quizás me excluyan por haberles puesto tras la pista de sus hijos, y por que me consideran una victima de su hijo Miguel, tampoco les expuse en todos sus términos lo que pasaba, pero ellos tendrán sus opiniones y tampoco conviene jugar con sus sentimientos, no seria justo, es cierto que lo han pasado muy mal, como pienso que lo estarán pasando tus padres, si no tienes dinero te lo puedo dejar para el embarque, una vez allí te dirigirás hacia Alhama de Aragón, eso esta en Zaragoza, cerca de Calatayud, allí mi abuela tienen una casa en la que pasamos desde pequeños el verano hasta casi Octubre, cuando tu llegues yo ya estaré allí, porque en cuanto tome tierra el avión me voy allí en tren, de lo demás me encargo yo, serás mi invitado en la casa, no se como se lo tomaran, pero no me lo negaran, todos los veranos aquello es la “casa de rita”, otros amigos de mis hermanos también han acampado allí, y aunque mi madre protesta mucho mi abuela esta encantada de tenernos a todos por allí, en el patio trasero de la casa tienen un huerto destartalado y mientras se lo respetemos nos deja el resto de la parcela que es bastante grande para acampar.

-Estas segura de esto, no quiero causarte ningún problema, con los tuyos.

-Seguro... ahora soy la más juiciosa de la familia, y si tengo algún amigo raro... mientras sepa comportarse, te aseguro que para mi abuela lo difícil es comportarse peor que mis hermanos, no habrá problema, y para mi será un alivio contar contigo para estos meses, solo decirte que tendremos horas y horas para aburrirnos juntos.
-Me salvas dos veces Casilda, no te preocupes por mi pasaje tengo algunos ahorros, pocos, pero suficientes, y no puedo aburrirme contigo, te lo agradezco como no sabes bien.
-Se acabo,... entre nosotros ni agradecimientos ni salvaciones, tu también me salvaste a mi entonces, ahora me tengo que ir, pero esto ni se ocurra perderlo y si no lo memorizas y si se te olvida solo tienes que acordarte de preguntar por mi la nieta de Urbana, te acordaras Urbana todo el pueblo la conoce.

Mientras hablaba ponía su dirección, e indicaba donde me dirigiría nada mas llegar a Valencia, en una hoja de papel de color violeta de un cuadernillo que saco de su bolsa, lo del color me llego al alma, solo ella podía tener a disposición, para cuando lo necesitara un cuadernillo como aquel, podía ser tomada como una “niña de papá” y sin duda respondía a ese tipo , pero mientras miraba como garrapateaba uno de esos papelitos, se me hacia como el salvoconducto a la salvación y fue un acto reflejo lo que me llevo a abrazarla, casi a estrujarla a pesar del dolor de mi pecho, como el ser mas digno de aprecio que tenia desde que deje a Martha ya hacia tiempo, seguía necesitando alguien en quien volcar mi afecto.

-He despacio, oye no te estarás imaginando nada extraño verdad.

-Descuida preciosa, que no busco ningún plan, ni bueno ni malo, mira como estoy, y créeme no pienso en este momento en nada que tenga que ver con relaciones mas allá de lo mucho que te quiero ahora, en la actualidad me metería en un convento de cartujos y seria uno de los más fieles de la orden, mira donde me han traído todas mis anteriores relaciones, solo quiero que estés allí como estas aquí, te vas a cansar de oírme en todos esos ratos aburridos que vamos a pasar.

-No nos vamos a aburrir, estoy segura, dijo mientras que sé levantaba
conmigo casi colgado de su cuello, ahora si que tengo que irme me estarán esperando, ¿de verdad tienes dinero suficiente?

Solo tengo que cuidarme de aquí a que salga el barco, me meteré en el primero que salga, no estoy muy seguro de que no sigan detrás de mí, conteste yo todavía presa de mi paranoia de persecución.

-Se me dices eso, no me voy tranquila, estas seguro que te siguen

-No de verdad vete tranquila, debo de seguir bajo el bajón postraumático, la policía dice que producen robos de esta naturaleza cada poco, pero no se la brutalidad que emplearon con un alfeñique como yo, en fin puede que tengan razón los de la policía, pero tu no tienes que preocuparte hasta que me presente en tu casa en ...., mire mi salvoconducto , Alhama de Aragón.


La vi marchar, su falda revoloteando tras sus pasos, bajaba rápido por la pendiente y en un momento inicio una corta carrera que ceso para voltearse y recibir desde mi distancia otro beso lanzado tras de ella, hizo gesto de recibo y siguió con su paso ligero, recordé el ultimo adiós mucho mas triste que le dedique aquella vez en el puerto.

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Los pasos a llevar a cabo sin tener mucha consistencia, los teníamos estudiados, otra cosa es que más o menos nos salieran bien. Una vez en Londres nos habían indicado que nos dirigiéramos al centro a Picadilli Circus, allí en el mobiliario urbano encontrariamos carteles donde se anunciaba de todo, desde viajes para grupos o viviendas para compartir, solo había que consultar con algún mapa de la ciudad y en eso nos pasamos las primeras horas, de lo que veíamos anunciado revolvíamos en nuestro mapa, consultando por donde podía quedar y sobre todo si tenia cerca alguna estación del Underground, que era lo único que sabríamos utilizar de momento, esto entrelazado a las preguntas que hacíamos a los que por allí pasaban y que en la mayoría de los casos estaban entretenidos en parecidas ocupaciones, y tan perdidos intuía, como nosotros, andaba desconfiado y me daba a pensar que nos ocultábamos los unos a los otros los hallazgos que nos iban desvelando nuestras pesquisas, pero desistí de mi desconfianza cuando algunos nos ponían sobre la pista de datos que otros habían rechazado.

Marcamos mucho anuncios e hicimos un buen montón de llamadas, nos decidimos a visitar una habitación para compartir que en la conversación previa, aun estaba sin ocupar y en que su dirección se situaba cercana a la estación del suburbano de Claptan Park , y hacia allí nos encaminamos. La salida del metropolitano nos resulto una maravillosa premonición, por que un extenso parque con grupos de arboledas se esparcía ante nuestra vista y detrás de aquellas copas verdes pequeñas casas de ladrillo rojo se entreveían por la espesura. Echamos a andar mirando hacia todas partes y casi olvidábamos nuestro cansancio de la noche pasada en el aeropuerto, no tendremos tanta suerte repetía Antinoo, tu crees que encontremos algo mas bonito que esto.

- Bueno ya hemos tenido nuestra racha de mala suerte, que ahora nos sonría un poquito no estaría de sobra.

El día de nuestra llegada, y sin poder explicar el porque, en el aeropuerto de Heathrow, y tras colocarnos en la fila de los no Commonwealth, Antinoo paso por el agente de aduanas de pocas preguntas y escasas respuesta por su parte, a mi me toco pasarme cinco horas y varios registros, unos exhaustivos del equipaje de mano y otro bastante desagradable de índole personal e intima.

Algo mas nos costo dar con la calle donde se anunciaba la habitación, pocas personas a las que preguntar, aquello estaba bastante desierto, y tampoco nuestro mapa urbano ayudaba mucho, recorrimos varias calles y lo que si percibimos que aquellas casitas idílicas que se veían en la distancia, salvo contadas excepciones, eran antiguas viviendas que tal vez pasaron por tiempos mejores, algunas de todas formas seguían manteniéndose muy arregladas, poro no era la generalidad.

Encontramos nuestra dirección por fin y nos agrado comprobar que no era de las peores, incluso el jardincillo de entrada daba muestras de ser atendido con regularidad, pulsamos el botón de aviso que previamente buscamos ansiosos y haciendo una inspiración larga esperamos expectantes.

La suerte si que nos quiso sonreír, aquellos dos que nos recibieron tenían tantas necesidades de encontrar compañero de casa como nosotros de un lugar donde meternos, me calle mi primera impresión y sospeche el por que todavía estaba libre, en la sonrisa de Antinoo, percibí también su sospecha, efectivamente buscaban compañero de casa en singular, no fue difícil convencerles de que queríamos de momento compartir la habitación aunque constara de una única cama, quisimos explicar que nuestros ahorros de momento no nos permitían alquilar dos habitaciones y hasta que pudiéramos ganarnos la vida no contábamos mas que con aquellos pocos ahorros, nos interrumpieron como si no necesitaran explicaciones.

Si en ese momento sospecharon algo sobre nuestra posible relación, nada dijeron y estaban deseosos de que nos decidiéramos, y puesto que arrastrábamos no solo nuestras mochilas sino nuestro cansancio, tras una obligada conversación sobre los términos del importe y su pago que nos pidieron que fuera por anticipado, hubo un apretón de manos entre todos, e indicando que en cuanto nos desembarazáramos de los equipajes pagaríamos la parte convenida, y sin que siquiera hubiéramos visto todavía la habitación, la cual desde luego no era muy amplia, había sufrido precisamente una amputación para crear a su lado un servicio, el único que disponía la vivienda en el interior, en detrimento de la que iba a ser nuestra estancia, coda uno de los otros dos contaba con una habitación mayor, mas tarde nos confesarían que estaban dispuestos a ceder si fuera necesario una de las habitaciones mayores pues se encontraban los dos al borde también de la banca rota.

La trasera contaba con un pequeño espacio donde se situaba el aseo original en el exterior de la casa, y al fondo un cobertizo contiguo a la puerta de salida exterior a un callejón bastante destartalado, el patio trasero daba muestras al contrario del de la fachada de abandono antiguo, el propietario parece ser, era puntilloso con el mantenimiento de la casa y su conservación, pero se conformaba con el buen aspecto exterior, sin que llegara nunca a aquella parte trasera de la casa, en el cobertizo creo que nunca entré, desde los cristales prácticamente traslucidos si que mire, el entramado de viejos cabeceros de camas y somieres revueltos con inmensidad de objetos, apuntaron a montar una de aquellas camas en la habitación que ocupaba la tercera altura de la casa, desistimos no solo por no meternos allí a revolver todo aquel perfecto desorden, sino por no tener que acarrear por la estrecha escalera que comunicaba el piso superior donde se encontraban las dos habitaciones principales y la tercera altura donde estaba situada la nuestra y el servicio.

No era entrada siquiera las primeras horas de la tarde, pero pedimos disculpas indicando brevemente nuestra pasada noche anterior y el ultimo pensamiento lucido que tuvimos cuando nos desmayamos sobre aquella cama los dos en paralelo y transversalmente a la cama fue algo así como

-Antinoo, as caído como una guinda en el copete de un pastel
-¿tu también lo has notado?
-Como para no darse cuenta

Imagine su sonrisa en la cara, cuando oí su risita satisfecha y feliz, y esa imagen que era imaginada y no visualizada es la que hasta hoy tengo como mejor recuerdo de el.


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El perfumista que me había cogido en auto-stop, me dejo en la entrada del viejo casino, el camino se me torno corto y agradable con la conversación de aquel hombre cuyo nombre no recuerdo, pero si sus buenas maneras, su invitación a comer y su charla sobre el trabajo que desarrollaba para distintas casas de cosméticos, en la elaboración de perfumes para los productos que comercializaban.

El antiguo Casino tenia, incluso en aquella época veraniega, que debería de ser su temporada alta, un aspecto envejecido y abandonado, el cercano Hotel justo enfrente al otro lado de la carretera, se anunciaba como gran Hotel Termas Pallares y tenia el mismo aspecto de falta de presupuesto. Allí me dieron indicaciones de cómo llegar a mi destino, el cual no parecía ser desconocido de nadie en el recorrido que realice y en los pocos sitios donde fui confirmando el mismo, el caserón de la familia de Casilda, no tarde mucho en encontrarme en el frente del portalón de doble hoja, que además contaba con aquella apertura de la puerta que dejaba al descubierto la parte superior de la entrada cerrando la inferior, un cortinaje ligero cerraba esa parte a la que solo las rachas de aire le estaba permitido transitar, descorrí con un sentimiento de impudicia aquella cortina, para dejar que retumbara en el interior un “ Hola” a la luz que adentraba en el interior, lo tuve que repetir varias veces pues a nadie, parecía llegar mi saludo.

Una voz lejana y que apuntaba a la parte superior de la vivienda, contesto con un “aquí arriba”, “pase quien sea”, me atreví a manipular la puerta y dejando la el petate en la trasera del portalon, me dirigí a la escalera que daba acceso a la parte superior, una escalera amplia que torcía en un rellano cercano, en el que descansaba un sillón de mimbre y una jarra inmensa con algún tipo de planta reseca, la voz me fue guiando en ese punto otra vez
“ por aquí acérquese que le pueda ver”, di por fin con una estancia o muy pequeña o muy colmada de objetos , entre los que se contaba una mesa camilla en cuyo extremo se encontraba la mujer, ya imaginaba a esa altura que se trataba de la abuela de Casilda , aquella por la que había ido preguntando por todo el recorrido.


-Perdone, me han indicado esta como la casa de Doña Urbana, ¿es Usted?
-Si yo soy, aquí me conoce todo el mundo, son muchos los años que vivo aquí, y soy yo la que casi ya no conozco a muchos. Algunos se parecen a sus padres y algún recuerdo me hace traerlos a la cabeza, otros me tienen que dar santos y señas para que les recuerde a ellos o a sus familias, aunque a estos tampoco llego a conocerlos, todo lo mas a los abuelos de mi edad, son demasiadas las personas que han pasado por estos ojos para que me acuerde de todos, pero seguro que a ti, no te he visto nunca, ¿eres amigo de mis nietos?, ¿Qué te ha pasado en la cara? ¿Algún accidente?, Los chicos jóvenes no tienen cuidado con nada, siempre sois imprudentes, y hay que tener cuidado sobre todo en la carretera.

No parecía tener intenciones de dejar de hablar ni de preguntar, así siguió la mujer, muy peinada y con un velito negro en la parte de atrás de la cabeza que realzaba unas madejas de pelo recogido de un blanco perfecto, era agradable en su expresión , hablaba como para no olvidar la palabra y era muy pertinente en todo lo que decía, no me recordaba físicamente en nada a Casilda , la diferencia de edades tal vez fuera la culpable, pero el tono de voz y tal vez la cadencia del lenguaje podría ser lo que mi amiga, había heredado de su abuela.

-No, soy amigo de su nieta Casilda, ella es la que indico como llegar a su casa y me dio su nombre, ¿tal vez esta ella en casa?. Con su permiso puedo pasar a buscarla.

-No, la niña a salido con mi hija, pronto estará de regreso, mis nietos estarán en el patio puedes pasar a buscarlos, ¿espero que eso no te lo hicieras en una pelea? No me gustan las gentes que se pelean.

-No conozco a sus nietos, y si no la molesta la esperare aquí con usted, no fue exactamente una pelea, porque yo no pude hacer nada, no fue ningún accidente tampoco, lo exacto seria decir que fue una paliza, pero créame a mi tampoco me gusta la gente que se pelea, me vinieron a buscar y me dejaron así, seria que no les gustaba mis maneras.

-Tampoco me gusta ese tipo de personas, y las he visto en muchas ocasiones, la gente distinta causa recelos en las cabezas huecas, y en Aragón tenemos fama de ser muy brutos, claro que no me molesta que esperes aquí, pero llámame Urbana o si te resulta mas fácil con el Doña delante, todas la personas que conozco lo hacen, tampoco somos muy de usted en esta familia, ¿y tu eres?.

Le di mi nombre,

-Solo en mi casa me llaman así, me han puesto un buen montón de motes y dichos, algunos me han gustado mas que otros y otros solo lo fueron durante menos tiempo que algunos, pero ese es mi nombre para los de mi casa y para usted doña Urbana, y no se cree mala sangre con sus vecinos, que esto no me lo hicieron en Aragón, aquí de momento solo he encontrado buena gente.

-Pues es un nombre bien bonito, desde luego mas que el mío, así que no te lo cambies, en mi caso viene de lejos, mis abuelos se llamaban ya Urbano unos cuantos de ellos, así es como nos llamaban antes, nuestros padres repetían el nombre de los suyos y nosotros lo hacíamos con nuestros hijos, de donde crees que viene Casilda, ese era el nombre de mi abuela, a mi hija le toco el de mi madre, si la gente de por aquí no es toda mala, si algo bruta y testaruda, así que si eso te lo han hecho gente de fuera mejor, claro que mejor seria que no te lo hiciera nadie y que la gente no se peleara, no me gusta la gente que se pelea . Ya estas bien, o todavía necesitas ayuda.


Seguimos en estas conversaciones un rato mas, la habitación estaba en semipenumbra y del exterior llegaban cantos de chicharras, y de tarde en tarde voces de la calle, pero eran tan espaciadas que daban sensación de quietud y tranquilidad, la abuela de Casilda era agradable de conversación y cambiaba de tema dentro de sus parlamentos de manera poco común, cuando era mi turno esperaba de mi que contestara u opinara de los hechos que ella había introducido y no perdonaba que olvidara nada, así que el tiempo de espera discurrió con largos parlamentos.

El reencuentro creo que me hizo saltar las lágrimas.


- ¡He. He, Todavía te duele si te abrazan?
- No, ya estoy mejor, en este momento nada me puede hacer daño.

Me presento a su madre y después charloteo con la abuela, y entre las frases de las compras realizadas y las personas encontradas entre sus idas y venidas y los comentarios de unos y los saludos que otros dejaron caer, y claro esta, antes de llegar a la casa, ya conocían mi llegada, pues la información en el pueblo era mas rápida que los pasos, dejo una frase intermedia:

-Hemo , se quedara unos días con nosotros, ya se lo he pedido, no podemos dejar que vaya por hay con ese aspecto, y continuo con otro tema en absoluto relacionado con mi estado, yo ya iba entendiendo el sistema de mensajes que utilizaban aquellas tres mujeres, y desde luego no era sencillo establecer, los momentos en los que se respondía a preguntas lanzadas en tiempo anterior y las informaciones o peticiones nuevas expuestas, para que se respondieran no inmediatamente sino a lo largo de la intervención siguiente, y sin que para ello obedecieran para mi, a ningún criterio de prioridades o intereses, por tanto tuve que esperara atento hasta el momento en que Doña. Urbana introdujera su bendición con aquellas palabras.

- Tiene un nombre lo suficientemente bonito para que le llames Memo, o lo que sea, y claro esta que no va a ir a ninguna parte con esas trazas, además tendremos que ocuparnos de poner algo de carne en esos huesos.


Es cierto que pusieron algo de relleno, pero no solo en mis huesos sino en muchos mas espacios de mi ser, muchas cosas curaron dentro de mi en aquellos dos meses que pase en la casa de Doña Urbana y su compañía, y sobre todo de la de Casilda y su madre, algo menos con sus hermanos y amigos a excepción del menor Ventura, que se encontraba mas cerca de su hermana que de sus hermanos mayores, con los que si bien no hubo ningún problema tampoco establecí una gran cercanía, no solo fueron mis lesiones las que desaparecieron con ellas también aquella congoja que me acompaño desde que dejara a Martha y los meses siguientes en la isla, desaparecieron las pesadillas y aquellos sueños en los que me veía otra vez en las “higueras” , tratando de escapar y perseguido siempre sin poder poner tierra por medio.

Muchas horas pasábamos juntos o con la compañía de Ventura, en las primeras horas de la mañana con las compras y los encargos de Doña Urbana o en el cálido lago cercano al balneario y que se nutria de sus aguas, por la tarde en los paseos por el huerto o por la rivera del rió, normalmente no recordábamos momentos anteriores y hablábamos de todo lo que se nos ocurría, a veces sintiéndonos trascendentales, otras con infantil discurrir y en ocasiones con soporífero languidecer, en las horas mas calurosas, elegíamos el decadente balneario, lo que daba un sentido mayor de lentitud y agotamiento del tiempo.

Esta compañía dio sus comentarios entre los conocidos e intuyo entre el resto de la población, sé que tanto su madre como su abuela se dieron por enteradas, pues quedaron colgadas sus opiniones en aquellas largas y difíciles conversaciones, pero cuando se refirieron a ellas siempre lo hicieron de forma cómica o disciplente, ¿esperaban encontrar en las frases de respuesta algún tipo de aseveración? .Si les agradaba o no, nunca adivine malas impresiones, pero entre nosotros nunca amaneció la necesidad de querer profundizar en aquella amistad, buscando algo mas, ninguno de los dos creo, sintió esa necesidad, pues de haber sido, hubiera sido muy sencillo, si ahora pienso por que no sucedió, solo puedo aventurar que quizás sabíamos que lo complicado tal vez, habría sido saber comportarnos de la misma forma si nos hubiéramos dejado llevar por un sentimiento mayor, pero en aquellos días en ningún momento afloro algo parecido a la pasión.

Tal vez mi vida no transcurrió como planee en aquellos días de Alhama en que discurrí y discutí con Casilda, algo que si decidí fue, que cuando cumpliera mi estancia con ellos, sin mediar fecha ninguna, regresar a la casa familiar, y reencontrarme con la vida domestica de mi familia, tan distinta a la que estaba disfrutando en aquellos momentos, no me causaba especial interés, pero quería dejar patente mi intención de emancipación, a lo cual favorecía, el que seguramente tendría que acudir a la obligatoriedad del Servicio Militar, lo que me llevaría fuera de mi entorno familiar, sin que no pudiera existir objeción alguna por parte de mis padres, así pondría fin para mi familia, mi etapa de rebelde y desaparecido, para continuar con una nueva, de joven cumplidor con su deber, trascurrido en cual , podría tomar el rumbo de mi vida como mejor me pareciera.







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Nuestro abrazo fue largo y emocionado, no quería que hubiera venido a despedirme a la estación, pero no conseguí quitarle la idea de la cabeza y llegada la hora estaba detrás de mí sin querer oír mis razones.

El tenia su sitio, allí estaba viviendo, yo lo notaba, los mejores momentos de su vida, ( en la lejanía del tiempo, da rabia pensar que esa sensación mía, tuviera que ser correcta, aunque nunca hubiera deseado que fuera premonitoria) , no me pareció nunca que su situación hasta entonces, hubiera sido clandestina, aunque reconozco desconocer , aunque adivinara el grado de represión que tal vez desde la infancia hubiera tenido que soportar, desde que entramos en la casa de Claptan Park, su risa , su buen humor y sus constantes despreocupaciones en todos los aspectos no cesaron, hasta que le dije que me marchaba, algo su turbo en su interior, no pretendía dañarlo y atrase en lo que pude mi noticia, sabia que en el momento en que se lo comunicara cambiaria la vida de los dos, nuestra hasta entonces, vida compartida, aquello estaba bien para el, trate de explicar que no era nada peyorativo, no me dejo continuar, sabia a lo que me estaba refiriendo, pero yo no quería continuar con aquel ambiente festivo y despreocupado de muchachos descubriendo sus postergados sentimientos y haciéndolos saltara al exterior y si podía ser, de la manera mas exultante, mas desbordante.

La ocasión me la proporciono un jefe de personal de una cadena hotelera, mis correrías a lo largo de las demandas de trabajo de los periódicos no habían dado resultado, así que empecé a entrar en las puertas traseras de todos los hoteles que veía, cuanto mas grade fuera mejor, mas necesidades de personal tendrían, preguntaba por el responsable del “Staf”, y en algunas ocasiones tenia mayor fortuna que en otras, con uno, con el que por fin tuve la oportunidad, había hecho valer una experiencia que yo magnifique en aquel Hotel de Alborg, y me concedieron un trabajo en la cadena condicionado, tenia que elegir entre varios destinos, ninguno de los cuales era Londres, de la lista que me dieron y sin conocer muy bien su ubicación elegí Leeds, porque me sonaba lejano, el asunto se cerro tras algunos días y unas cuantas visitas a la cancillería de trabajo, no pusieron muchas pegas, pues tenia un compromiso de contrato, firmado por aquel ejecutivo de la compañía de Hoteles, pero la documentación necesaria si requirió de tiempo, el que demoro la burocracia fue el que emplee en ocultar a Antinoo mis ultimas y solitarias visitas a la ciudad, cuando ya supe mi destino y la fecha de incorporación, compre el billete de tren y con el en la mano me presente a dar la noticia.

Quiero recordar en muchas ocasiones aquel abrazo y aquella despedida, pero siempre tengo en el recuerdo la imagen formada de su cara risueña y su risa tras nuestra cansada busca de piso en Londres, tuvieron que pasar una cascada de años como solo sucede cuando queremos recuperar espacios perdidos, para que solo una única vez estuviera otra vez cerca de el, al otro lado del cristal que separaba la zona de la unidad de cuidados intensivos en el hospital de Madrid, al que sus hermanas lo trajeron, no pude verlo, no era familiar y reconozco que tampoco insistí ante ellas, para que me cedieran el escaso tiempo que daban a los familiares, solo les pedí, que le dijeran que estaba allí, que quería abrazarlo, y que lo haría cuando saliera.

Un abrazo que nunca pudo ser, pero que tuvo lugar en mis sentimientos, espero que también en los suyos, como esa imagen de su rostro sonriente que siempre mantengo de su recuerdo. Hoy en la pared de mi dormitorio enfrente de la cama, ocupa un sitio especial uno de aquellos grabados que el retiraba por no estar nunca conforme con su resultado, aquellos primeros que realizo para un grupo de teatro aficionado (Ditirambo), en el que participo haciendo carteles y dibujando escenarios.





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Cuando hice la promesa en Ibiza a Casilda, después de verla alejarse hacia la ciudad aquel ya lejano día, la cumplí, no escribí ninguna carta, si bien he de decir que lo intente pero no sabia que escribir ni que contar, así que después de resoplar mucho me introduje en una cabina con unas monedas que me servirían de excusa en caso de necesidad para interrumpir la conversación y marque el teléfono de la casa de mis padres, había esperando para que el momento fuera el adecuado, y pude indicar que me encontraba bien, que había estado, mentí en parte, en el extranjero sin definir donde y que estaba de regreso para disfrutar de las vacaciones que me correspondían en donde trabajaba, ( se me estaba dando demasiado bien mentir, y me reproche el que esa no era la intención de la llamada).

No se si todo lo que conté, fue creído desde el otro lado, pero para dar veracidad a mis mentiras, pase rápidamente a mostrarme interesado y preocupado por la situación que había dejado, me hice en excusas y perdones (me reproche de nuevo seguir mintiendo), por no haberme puesto en contacto hasta ese momento, y pedí que me indicaran si sabían en que situación estaba ante el llamamiento militar, que era lo que me mantenía intranquilo.

Me contaron que eso también les preocupaba a ellos, que todavía estaba a tiempo de regresar y que nada tenia que suceder, si quería saber más, me indicaron que me pusiera en contacto con “El Largo”. ¡Claro esta¡ , caí en la cuenta, mi amigo y compañero de infancia y juventud, había compartido no solo mi edad, sino también nuestra vecindad, por lo tanto su situación seria idéntica a la mía, ni siquiera se me había ocurrido, visualice con tristeza su figura conocida y supe que tendría que hacer muchas mas llamadas.

Ninguna responsabilidad se cernía sobre mi hasta el próximo enero, así que pude demorarme el tiempo que quise en casa de la Abuela Urbana y con su familia, hasta que me pareció que los preparativos indicaban el regreso, ya próximo el final del verano, había estado prácticamente refugiado por aquella familia, y con lo poco que quedaban de mis economías , un día de visita en Calatayud con Casilda busque algo para agradecer su hospitalidad a Doña Urbana, ella se empeño en que no hacia ninguna falta, pero en esta ocasión su opinión no me era relevante, compre un abanico que me pareció bonito, y para callarla en sus recriminaciones adquirí otro para su madre, lo que ya le pareció inapropiado en absoluto, y motivo de nueva discusión, lo zanje diciendo que a quien no pensaba regalar de momento nada era a ella, y me colgué de su cuello como había hecho desde que nos encontramos en muchas ocasiones, ya empezaba a ser una forma cómplice entre los dos para pedir el cese de hostilidades y quedaba establecido que no quería seguir discutiendo con la persona con la que menos quería discutir .

Me marche antes que ellos abandonaran el pueblo, la noche anterior la abuela nos había reunido a todos y me hizo el regalo de la ultima cena, a mi vez agradecí a todos y cada uno los días pasados y con los paquetes de los abanicos en la mano, le recrimine a la abuela con la cantidad de carne que había puesto sobre mis huesos, agradecí en silencio hasta a los hermanos, que gracias al buen numero de carcajadas que soltaron en ese momento , hicieron que se nos pasaran rápidos los lagrimones que nos corrían a los demás, (nublada la vista ,no lo vi muy bien, pero creo que también Ventura se sorbió alguna lagrima).

La mañana como algo pactado, fue solo para los dos , Casilda estuvo risueña en todo el rato que me ayudo con el petate, después caminamos hacia la carretera juntos y como si se hubiera conjurado en llevar la mayor parte de la conversación, con aquella forma de afirmaciones y preguntas , que ya empezaba a sentir que iva a echar de menos.

Cerca del Casino donde pasaba la carretera general termino su discurso.

-No pienso quedarme a que te recojan, voy a hacer los recados de todos los días, cuando termine pasare por aquí y confió en no verte, pero en cuanto llegues, has de llamar sabes que no me quedare tranquila hasta que no lo hagas.

-Cas, sabes que esto no se da siempre bien, puede que no lo pueda hacer en una sola jornada, por aquí ha esta hora no pasa nadie, y hay mucho camino hasta Madrid.

-Esta es la General de Barcelona, tiene que pasar un buen montón de coches finalizado casi el verano en dirección a Madrid, y alguno tendrá una plaza libre, ahora tienes un aspecto genial, si yo fuera con mis padres en coche y viera un autostopista como tu, no pararía hasta hacerles parar y recogerte.

No tenia intención de demorar aquello mucho, enseguida lo supe, pues me sorprendió tomándome como nunca lo había hecho y alargando un único beso que fue caluroso, esponjoso y salado , guarde el sabor en mis labios mientras se giraba y una vez mas me mostraba su espalda que se alejaba de mi, tarde en darme cuenta que esta vez no habría ningún giro para un ultimo gesto, la vi alejarse y yo también me gire, quería alejarme algo, lo suficiente para que cuando ella regresara, no me viera donde nos habíamos besado y separado, no recuerdo cuanto camine, pero me dolían los ojos cuando arrastre los surcos de lagrimas que me caían hasta la boca .

Todavía hoy sigo siendo de lagrima fácil, trato de corregirme por aquello del duro hombrecito, y si es cierto que la edad y los años pasados han aflojado ese torrente de emociones que son las lagrimas, pero si en algún momento pienso, en que circunstancia se derritieron mis ojos y con aquella intensidad, siempre y si poder remedir una nueva humedad en los parpados , recuerdo, no aquella carretera ni si tenia trafico o no , ni siquiera el calor de aquella mañana, sino la espalda de Casilda alejándose con un paso acelerado y su cabeza abatida.





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Poco queda que contar del tiempo en que el olor de las higueras me fue cercano y de cómo de alguna manera me persiguió aunque lo dejara atrás, cuantas personas y nombres, cuantas emociones buenas y malas sucedieron en tan poco tiempo, que personas queridas llegaron a mi y agotaron ese tiempo que no nos pertenece, pues llega y se va sin que podamos evitarlo, quedando enredados entre nuestros pensamientos,
siempre con nosotros, marcando con los hilos que tejieron la armazón de nuestras existencias, aquellos lazos que forman la red en la que analizaremos los futuros pensamientos, que envuelven el capullo del que surgirá una distinta persona, todavía quedarían capítulos que escribir, pero pertenecerían a otro personaje.

Pues alguien distinto se subió en aquel tren de la estación de Kings Cross rumbo a Leeds, en aquel trayecto, en la soledad de aquella cabina de tren supe con cierta liberación, que ya nada quedaba del olor de las higueras que hasta entonces me había acompañado, y que como el árbol me había proporcionado dos distintas clases de frutos.

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